Desde hace años en el Paraguay me he preguntado sobre cuantos profesionales de cada carrera estaríamos necesitando ya y a mediano plazo en el País. Y la pregunta me surge todos los años cuando con los jóvenes pensamos en los estudios universitarios que debieran de elegir los que están becados en los Mil Solidarios.
Desgraciadamente, como no tenemos un Plan Paraguay hasta el 2020, nadie acierta a decírmelo. ¿Cuantos ingenieros?.¿Cuantos electricistas cualificados?. ¿Cuántos técnicos de agroindustrias en cada especialidad?. Nadie sabe nada de cierto y por eso nada se puede planificar. Y seguimos lanzando al mercado centenares de abogados, psicólogos, maestros, economistas. ¿Encontrarán trabajo?.
Escribo todo esto porque jóvenes muy bien formados en Europa están dispuestos, por no tener trabajo en su Patria, a irse al extranjero, donde ciertamente harán una gran labor por la altura de la formación recibida.
Desgraciadamente, como no tenemos un Plan Paraguay hasta el 2020, nadie acierta a decírmelo. ¿Cuantos ingenieros?.¿Cuantos electricistas cualificados?. ¿Cuántos técnicos de agroindustrias en cada especialidad?. Nadie sabe nada de cierto y por eso nada se puede planificar. Y seguimos lanzando al mercado centenares de abogados, psicólogos, maestros, economistas. ¿Encontrarán trabajo?.
Escribo todo esto porque jóvenes muy bien formados en Europa están dispuestos, por no tener trabajo en su Patria, a irse al extranjero, donde ciertamente harán una gran labor por la altura de la formación recibida.
No soy partidario de que se cierren las fronteras al trabajo profesional en tiempos como estos de tanta competencia. Pero, si exijo como necesario que se sepa cuantos profesionales de cada clase se necesitarán en el 2020 para que sea una realidad ese nuevo Paraguay en el que soñamos.
Y para eso, es imprescindible contar con un Plan Paraguay , que ni los políticos, ni las universidades, ni los empresarios, ni siquiera los más inquietos de la sociedad civil nos ponemos a hacer.
Y para eso, es imprescindible contar con un Plan Paraguay , que ni los políticos, ni las universidades, ni los empresarios, ni siquiera los más inquietos de la sociedad civil nos ponemos a hacer.
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