El golpe de estado parlamentario
del viernes 22 de junio, a medida que va pasando el tiempo, muestra su fuerza maquiavélica.
Primeramente consiguió
separar el bloque liberal del Frente Guazu .
Así privaba a este ultimo de la
capacidad que tienen los liberales de estar presentes en todas las mesas electorales
del 2.013.

Este golpe express tuvo,
inclusive, la fuerza de poner entre sí en contra a los que hasta una semana antes
estaban en el Cambio. Heridas recientes que impedirán una reconciliación cuando
estén más cerca las elecciones.
Mientras tanto el Frente
guazú y los otros partidos pequeños y movimientos, además de carecer ya de esa
presencia liberal en la mesas para evitar los desmanes colorados en el recuento
de votos, insisten todos en sus
divisiones. Muchos no coinciden en un mismo candidato a presidente y en cuanto
a las listas de diputados y senadores
van por separados, provocando la dispersión de los votos.
Para un observados imparcial, la palabra desastre es la más
adecuada.
¿Perdido todo y la
primavera política del Cambio estará
ausente?.
Nunca todo está definitivamente perdido.
Pueden ocurrir tres
cosas positivas. Un liderazgo fuerte, Lugo u otro, que abra los ojos a la mayoría patriótica. La
sociedad civil levantándose y que ponga
a cada uno en su lugar. O un acontecimiento público que eche por tierra al
golpe parlamentario express.
Imposible, no lo creo, Difícil, sí lo es.