En no pocas consultas
de médicos he pasado ratos muy buenos con la corta conversación que tenía con ellos mientras me
atendían.
En una de estas
consultas salió la palabra pirata. “¿Sabes la diferencia entre un pirata y un
corsario?”. Debí deponer una cara d e ignorancia grande porque de allí salió todo.
El pirata que mataba, violaba, robaba, atacaba
los puertos llenos de seres inocentes para irse luego dejándolos calcinados
etc..etc.. era el como profesional que trabajaba en la
industria privadamente . Es suya y el hace lo que quiere de ella.
El corsario hacía lo mismo pero con “patente de corso”, o sea con el permiso de la
Graciosa Majestad de su Soberano, al que debía de darle una buena cantidad de los bienes del éxito de
sus trabajos.
El Doctor interrumpió
su conversación y nos miramos. Pensamos como el rayo y nos echamos a reir. “¡Cuantos piratas y corsarios tenemos en el
siglo XXI¡”.
Que conste que no
pronunciamos ningún nombre concreto. Pero, sí
organizamos rápidamente todos los tipos de trabajos que hoy hacen todos ellos. Cuantos en número, cuan creativos, y con cuanta picaresca. “ Amen”, que quiere
decir “que así sea”. En este tema de la piratería moderna , esta expresión
significa “¡Así nos va y estamos¡”.
Al final pusimos una nota: ahora los corsarios son más
vivos, porque siendo funcionarios del estado se quedan con todo impunemente.
La impunidad nos mata porque oculta todo y a
nadie se castiga. De seiscientos que hicieron mucho mal en tiempos del “dictador
pirata mayor”, solamente fueron seis condenados y uno de ellos, me dijeron que
cumple su pena en su estancia. ¿Será verdad?. Y en los 22 años que, engañosamente llamamos de
transición, ¿qué hacen y dónde viven los famosos “barones”.
Ni los piratas y corsarios
de hace trescientos años tuvieron tan buena jubilación. Desde donde estén , nos
tendrán envidia.
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