Para los creyentes
comprometidos en tiempos de Jesús había como tres opciones para ser
comprometidos desde la FE.
Algunos pensaban que el
único camino era expulsar a los romanos, ocupantes idólatras. Desobedecerles y no pagarles los impuestos. Otros, los
esenios de Qumeran, pensaban que era imposible vivir como Pueblo de Dios en
medio de aquella sociedad corrompida, y
crearon en el desierto una comunidad separada de hombres santos y puros. Los fariseos pensaban
de otra manera: levantarse contra Roma era un suicidio. Retirarse al desierto,
un error. La única solución era insistir en la pureza ritual que los separaba delos paganos. (Pagola).
Ser comprometido desde
la FE, ¿cuál era el pensamiento de Jesús manifestado en los evangelios?. Ciertamente ninguno de los
tres antes expresados.
Para Jesús, “Creer en
Dios y entrar en la dinámica de su reinado”. Esto significa ser todos felices, insistiendo en los que nada tienen
porque son los más pobres y haciendo esto encontraríamos a Dios.
Pero, ¿ cual es la
estrategia para lograr esto?.
Analizando su conducta,
propiamente la dejaba para que, en cada
circunstancia a lo largo de los siglos, sus seguidores la encontraran,
conservando lo esencial, “Dios defendiendo a los que nadie defiende”.
Y aquí nos encontramos
una vez más el respeto de Jesús a la libertad que Dios nos dio. No somos sus
robots porque creemos en él. Y sí somos los responsables libres a los
que les dio inteligencia. Con el riesgo de equivocarnos, pero con la grandeza
de ser los arquitectos de nuestra propia
liberación y de la de los demás.
Creemos en un Dios que
nos hizo libres . Creemos en un Dios que nos ama. Creemos en un Dios que tiene
como preferidos a los que nada tienen. Y esto es lo que más nos cuesta
comprender para los que tenemos “algo”.
Y este es el karaku del
ser cristianos. Nuestro objetivo de vida.
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