Cuando
fallece un amigo me cuesta trabajo escribir y tengo que esperar días para serenarme. El
amigo está con Dios en el cielo lo cual
es formidable, pero aquí en la Tierra seguimos nosotros con un hueco difícil de
llenar.
En
Juan admiré siempre que era un hombre esencialmente bueno y acogedor al que daba gusto acercarse. Se encontraba
uno siempre con una sonrisa y un abrazo. Una muestra de lo que se le quería fue
la entrevista virtual que tuvimos con él la noche de su despedida. Fue
emocionante.
Este
hombre bueno quería mucho al Paraguay. La poquedad del Parlamento Nacional no
supo apreciar sus dotes y no le nombró embajador en Bolivia. Optimista como
era, hablar con él de problemas políticos daba esperanza, cosa muy apreciada en
estos momentos.
Para
colmo era un gran comunicador. Antes d e irse me encargó escribirle la
introducción a su libro sobre la Participación. Este tema en las actuales circunstancias
lo rechazan los políticos que no quieren ver a la ciudadanía activa. Debieran
de leer este libro.
Finalmente
existe algo que para muchos ha pasado
inadvertido. Juan Díaz Bordenave fue un gran cristiano. Uno de esos cristianos del futuro. En él ya ví comenzanda la
Iglesia que un día será realidad. En muchas ocasiones conversamos sobre su
comunidad en Rio de Janeiro. Escuchándolo me llenaba de esperanza religiosa.
La
última palabra que le escuché la víspera
de irse a Brasil, fue decirme en el hospital. “Cuento con tus preciosas
oraciones”. Aquello me tomó de improviso. “Lo de preciosas no sé, le respondí,
pero que serán oraciones por tu salud lo van a ser”.
Acabo
y le retrueco su última petición.
“Juan, ahora sos vos el que tiene que
hablarle a Dios de todo nosotros los paraguayos y paraguayas. Necesitamos
oraciones en el cielo ante el Padre Dios
porque estamos en un momento malo”.
EL NOVENARIO DE CAACUPE
Algo
que todos los años hace un gran bien a los católicos y al que todos volvemos los
ojos para escuchar lo que nos dicen
nuestros obispos. Y este año, por las circunstancias, despierta aun mayor
interés. La confusión existente y la debilidad de nuestra esperanza, hace que
busquemos más una guía que nos ayude
En
el año de la familia, quizás se elija este tema que es de actualidad. La crisis se ha cebado en
la familia. Y, en cualquier problema que
tratamos, al querer descubrir sus causas,
acabamos con la frase “¡Qué mal anda la familia¡”. Y es ciertamente verdad.
Por
eso va a ser necesario que los sermones del novenario de la Virgen de Caacupé
sobre la familia entren en POLÍTICA con mayúsculas. No en política partidaria,
sino en POLÍTICA con mayúsculas.
O sea que en temas sobre la familia en su Fe,
pobreza, unidad, droga que la
destroza… etc, vayan al fondo de la cuestión y que
se trate con amplitud de miras en un mundo cada día con mayor diversidad.
En
estos momentos las personas, también necesitan luz sobre hechos que han sucedido entre nosotros y de
los que solamente se da en los Medios de Comunicación una versión distorsionada
o el silencio (golpe, Curuguaty, huelga
de hambre, cerco mediático..). Queremos
saber desde la Iglesia sus causas últimas y descubrir las mentiras intermedias que hacen
que el sistema nos engañe. Demasiados males tenemos como para no querer más que
una actitud objetiva y valiente en la Iglesia para comenzar como Pueblo
creyente, organizado en familias, a
caminar.
Y
esto es lo que queremos de nuestra Iglesia en el novenario. Y es lo que pedimos
recibir los paraguayos y paraguayas de manos de nuestra Madre María de Nazaret,
la madre de Jesús en su advocación de
Virgen de Caacupé.
Por
eso esperamos con ilusión el contenido de
esta Novena.
gracias pai oliva por sus lindas palabras!.. tal cual! el querido tio papi era un hombre ejemplo y un gran cristiano!.. de esos que necesitamos mucho en nuestro bello y bendecido pais!.. tengo FE en que asi sera!.. tio papi le va a hablar a nuestro PAPA DIOS de su amado PARAGUAY!.. Dios nos bendiga!
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