Es
el destino de la ciudadanía, hasta que les llegue, a algunos, la hora de representar al Pueblo como autoridad.
El
problema está en que esto pocos nos lo
creemos. Pareciera que solamente tienen poder los triunfantes en las
elecciones. Y no lo creemos por muchas
razones. Una, y no pequeña porque las autoridades se empeñan en repetírnoslo
muchas veces. Son las bajadas de líneas de acción y decisiones del parlamento
sin consultar a los ciudadanos, cuando debiera de ser al revés. Nosotros
decírselas a ellos porque son nuestros servidores.
Por
eso, es urgente que recordemos que somos
nosotros como ciudadanía organizada, el “SOBERANO”. O sea, lo que antes eran los reyes y
emperadores.
En
nuestra Constitución está claro. Somos
una democracia representativa y participativa.
Ser
el Poder lleva consigo una serie de obligaciones muy grandes.
El
ciudadano tiene que estar informado perfectamente, tiene que dedicar tiempo
para, solo o en grupos, reflexionar sobre la realidad, tiene finalmente que
comprometerse a que, organizado, sus representantes (las autoridades) cumplan
sus deseos.
Les
pongo un caso concreto. No estamos contentos de cómo se baraja el tema del
salario en diputados y senadores. Un grupo de ciudadanos, que insisto somos el
poder, se puso a reflexionar y llegó a unas conclusiones.
1. El legislador (diputado o senador) será un asalariado modesto más durante su mandato.
2. El legislador contribuirá al Seguro Social del IPS y participará de los beneficios dentro del régimen de la jubilación exactamente como todos los demás.
3. El legislador dejará de votar su propio aumento de salario
4. El legislador debe igualmente cumplir las mismas leyes que el resto de los ciudadanos.
5. Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. No estará más de dos años en el cargo.
Falta que estos deseos, haciéndose universales, la ciudadanía soberana los haga cumplir.
Posiblemente no lo consigan, pero soñar no cuesta y sin sueños no hay futuro.
ResponderEliminarSaludos