miércoles, 23 de julio de 2014

AYUDEMOS A SALVAR UNA VIDA




Hugo Gonzáles Chirico lleva ya  68 días  huelga de hambre por defender unas reivindicaciones que  en conciencia cree justas.
La Cooperativa obrera dueña del 33’3% de las acciones de Acepar, que él preside, por decisión del actual gobierno de Cartes se ha visto  privada de esta propiedad privada comercial, al vender Cartes  Acepar a una empresa brasileña sin tener en cuenta que estas 33,3% de las acciones eran de los obreros. Curiosamente Cartes defiende la propiedad privada cuando no es de los pobres.
Además, lucha Hugo G. Chirico porque sean reintegrados a la empresa,  los 350 obreros   dados de baja en ella sin recibir ninguna indemnización. Finalmente, defiende que no se le suspenda ni al Sindicado ni a la Cooperativa la personería jurídica.
Se ha acudido al Procurador de la Nación,  al  Interventor de Acepar nombrado por Cartes, al  Ministro de Trabajo. Todo en vano. Existe una orden superior, si quieren una política de persecución, contra este grupo obrero por parte del presidente del Paraguay.
Nada ha dado resultado. Pareciera que a Cartes,  y a las autoridades  nombradas por él, no les importa una vida perdida. Llamándose cristianos no  quieren aceptar que toda vida es sagrada, sea la de los 17 asesinados en Marina Kue, la de Arlan y ésta, ya  en próximo peligro de  muerte, de Hugo González Chirico.
Por humanidad, y por el coste político en su contra de un asesinato, dejar morir a una persona pudiéndola ayudar, Cartes debiera de actuar de otro modo. Desgraciadamente pareciera que nada de  esto les importa. Y todo  nos indica que estamos delante de una dictadura económica lo más parecida a una dictadura y de las peores.
Dentro de unos días u horas, cuando fallezca de huelga de hambre Hugo Gonzalez Chirico, llamaremos asesinos a Cartes y a los suyos que intervinieron en este crimen.
Siendo ahora indiferentes, somos también sus cómplices.

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