Y habría que añadir, un ministro de trabajo que no defiende a un
sindicato. Y, hasta, un Presidente de la República que mostrando con obras que defiende una manera
irracional la propiedad privada
sin límites, esta propiedad privada se la niega a una cooperativa porque es de
obreros.
Me estoy refiriendo a la huelga de hambre de Hugo González
Chirico cuyos tres objetivos para hacerla se
refieren a lo anteriormente dicho.
Precisamente ayer, después de más de 73 días de huelga de hambre
tuvo un mareo y se dio un
golpe en la cabeza. Fue
internado en el hospital de
Villa Hayes, donde lo visité.
Contra Hugo González Chirico se está librando una batalla para
destruir todo lo referente a la lucha de los 350 obreros despedidos de Acepar sin causa y sin recibir indemnización. Estos obreros pertenecen a un
sindicato al que el Ministro
de Trabajo le quiere arrebatar la
personería jurídica. Además esos 350 obreros, ya son menos porque en la espera
de la indemnización murieron
14, algunos de ellos de
infarto.
Obreros que forman una cooperativa a la que se le quiere
arrebatar también la personería jurídica
porque es la dueña del 33,3 % de las acciones de Acepar y eso estorba al
Presidente que quiere alquilar la acería a una empresa brasileña.
Por pedir justicia en estas causas hace huelga de hambre Hugo González
Chirico y con sus compañeros de cooperativa y sindicato
han acudido al Presidente de la República, Procurador y Ministro
de Trabajo, en vano.
Algo curioso, en este afán gubernamental de aplastar la cooperativa
y sindicato, la fiscalía amenaza de imputar a los dos hijos de Chirico por dejar hacer huelga de
hambre a su padre.
Hugo González Chirico está en peligro de un desenlace fatal.
Acusamos, si sucede, por falta de humanidad al Presidente y a su gobierno de su
muerte.
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