Sufrimos la inundación y conocemos la EXPO que todos los años se
tiene por esta época.
Tenemos la presencia de la pobreza más grande a la vista de
todos en nuestras calles. Y, pronto, se inaugurará la gran exposición agrícola
ganadera de aquellos que siendo el 2% de la población poseen el 80% de la tierra.
Los olvidados y los favorecidos. Y a cada unos les voy a hablar
de los otros.
Compatriotas inundados: los que aparecen en la EXPO son los
ricos del Paraguay. Los dueños de la tierra y de la plata. Aquellos
que con sus fumigaciones
les han hecho huir de vuestro valle para que se refugiaran en los Bañados. Les
digo todo esto no para que los odien, porque hacer esto no es cristiano. Pero,
sí para que no les tengan miedo. Son seres humanos como Uds. También con sus
penas y sus alegrías, sus miedos y sus sueños. Personas que como todos tenemos un
tiempo fijado de vida y después hemos de irnos dejando todo. Ellos mucho,
muchísimo. Uds., poco. El gran favor que pueden hacerles es presionarles a que
abran los ojos y con su riqueza hagan desaparecer la pobreza. Si lo
hicieran entrarían por la puerta grande del cielo.
Compatriotas de la EXPO: les presento a los empobrecidos del
Paraguay, aquellos que la mayoría de Uds. solamente han visto desde arriba o de
lejos. Hoy los tienen viviendo en campamentos en las plazas o calles de Uds.
Les quiero acercar a ellos y no les tengan miedo. Se alegrarían si Uds. los
visitaran en las cuatro maderas terciadas donde hoy mal se reguardan de la
lluvia y del frio. Les van a convidar a un rico mate. Por favor, ayúdenles a
vivir con las cosas esenciales para un ser humano y aún más. En el cielo serán los
mejores abogados que vayan a encontrar.
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