Sobre México el
escritor Rau Zibechi ha escrito una página que deseo editar por su grave
contenido.
Raúl Vera fue nombrado
obispo de San Cristóbal de las Casas para suceder a Mons. Samuel Ruiz. Antes, en 1996,
denunció la masacre de Acteal donde 45 indígenas tzotziles fueron asesinados
dentro de una iglesia en Chiapas,
entre ellas 16 niños y adolescente y 20 mujeres.
El obispo Vera
sostiene que la reciente
desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa “es un mensajito, es como decirnos: vean de los que somos capaces”. Como
sucedió en San Salvador Atenco en 2006, cuando militantes del Frente de Pueblo
en Defensa de la Tierra fueron brutalmente reprimidos con un saldo de dos
muertos, 200 detenidos y 20 mujeres violadas. El gobernador allí era el actual presidente Enrique Peña Nieto. Estos mensajes se han
repetido una y otra vez en la
política mexicana.
Raúl Zibech insiste “si
el modo de asesinar revela un claro mensaje mafioso, deben develarse los objetivos, hacia quienes apuntan y por qué”.
La respuesta viene de
la mano del obispo Vera. Este destaca la íntima relación entre los carteles y
la estructura política, judicial y financiera del Estado, Hasta el punto de que
es imposible saber dónde comienza uno y acaba el otro. Constatar esa realidad
lo lleva a asegurar que los dirigentes de su país México “son el crimen
organizado” y que, por lo tanto “no estamos en democracia”.
El obispo enfoca su
reflexión hacia un punto neurálgico que permite desatar el nudo. “El crimen organizado ha ayudado al control de la sociedad y por
eso es socio de la clase política. Ellos
han conseguido que el Pueblo no se organice, no crezca”
Por último no se trata
de un hecho casual, sino de una estrategia. Uno de sus constructores sobre el
terreno, es el general Oscar Naranjo, quien fue “uno de los más destacados
arquitectos de la narcodemocracia colombiana” y ahora es asesor del gobierno mexicano de Peña Nieto.
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