Ciertamente no la ciudad que se ve desde
el avión, cuando aterrizamos. Eso es un engaño.
Debajo de los árboles, las calles están
llenas de baches y sucias, las veredas rotas o no existen, las fachadas no se
pintan todas, los nombres de candidatos políticos de hace años
perduran sin ser borrados, hay una contaminación de carteles, falta el nombre
de las calles, faltan desagües para las aguas servidas y los pocos
arroyos están llenos de ellas, no se recoge toda la basura.
No se anime a atravesar una calle por el
paso de cebra porque corre el peligro de que lo mate un colectivo. Este
servicio es horrible, viejo, con maltrato para los pasajeros y mata a pasajeros
o peatones.
Abundan las casas viejas, abandonadas.
La iluminación nocturna débil y la seguridad de noche brilla por su
ausencia. Y, cuando llueve torrencialmente, las aguas, sin salida para
correr, se suben a las veredas.
Complete Ud. lo que falta, pero hágalo
con pena y amor a nuestra Asunción, capital del Paraguay.
Se acercan las elecciones y lanzo una
idea. Tantos males y aspectos negativos no se pueden solucionar en los cinco
años de gobierno de un intendente.
Propongo que se forme un grupo de asuncenos que,
desde varios ángulos, estudien a fondo y hagan un plan a
ser completado en 20 años.
Pero, con una condición: que en este
plan se diga igualitariamente para cada intendente el número de
kilómetros de calles que van a arreglar con sus veredas y desagües de lluvias
bien preparados y fachadas pintadas por sus dueños. Y así de otros aspectos
esenciales.
Más todavía, que este plan por
cada cinco años sea obligatorio cumplirlo coercitivamente. De
modo que si no lo cumpliera fuera causa de su renuncia a mitad de su mandato.
Demasiada desidia hemos soportado de intendentes que se enriquecieron a costa
de destruir una ciudad bonita como era Asunción.
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