En el encuentro celebrado en Roma de
Movimientos Populares, en el que estuvo presente Evo Morales, presidente de
Bolivia, el Papa Francisco dijo palabras que deberíamos leerlas todos, creyentes
y no creyentes. Son un punto de encuentro para todos los que creemos que otro
mundo es posible.
«Tierra, techo y trabajo. Es extraño
pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista», destacó
el Obispo de Roma, recordando que «el amor a los pobres está al centro del
Evangelio» y la doctrina social de la Iglesia, tras señalar que este
encuentro con el Papa «no responde a una ideología», recordando que la palabra
solidaridad, «que no cae bien», es «un modo de hacer la historia y eso hacen
los movimientos populares».
«Jesús les diría hipócritas» a los que
abordan «el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que
únicamente tranquilice y convierta a los pobres en seres domesticados e
inofensivos», destacó también el Papa Bergoglio, añadiendo que es «triste ver
cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad,
se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales”. Y «qué
lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus
miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa
que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en
vendaval de esperanza».
El Papa Francisco desciende a lo
concreto de las tres “T”. Lo mismo por lo que luchamos en el
Paraguay bañadenses y campesinos; “Tierra, Techo, Trabajo”. Meta de encuentro
donde coincidimos todos los que soñamos con otro mundo mejor que es
posible, no importando su creencia o increencia.
Y acaba genial: “Que ese viento se
transforme en vendaval de esperanza”.
Los “líos” que no teníamos que temer,
ahora se han convertido en “vendaval de esperanza”.
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