Es una pregunta que tiene dos
respuestas.
Una es la simple de un “si” o un “no”.
Cuando hago esta pregunta siempre espero la afirmativa, porque ella expresa
alegría en mi hermano y de rebote en mí porque lo veo contento. Aunque, en
realidad, eso no basta.
Hay también, que comprender las causas que
originan esa felicidad.
Un egoísta que es feliz porque cumple
todos sus deseos egoístas, me pone triste.
A un consumista contento porque sigue
acumulando sin cesar cosas, le tengo lástima.
El toxicómano pletórico en la plenitud
de su toma, se ha engañado.
La felicidad verdadera tiene que tener
sus raíces en mucha humanidad.
¿Cuál será la felicidad en clave de
Dios.
Jesús, nos habló de ella y de Dios en la
Bienaventuranzas.
Son atrayentes, pero al comienzo nos
cuenta trabajo comprender.
“Felices los pobres, los que lloran, los que tienen hambre, los que
luchan por la justicia, los que luchan por la paz, los
que son perseguidos...”
Pero, ¿por qué son felices para Dios estas personas a las que les faltan
tantas cosas o que entregan sus vidas con tanto sacrificio para los
demás vivan mejor?
Y la respuesta es que Dios es amor y lo que más quiere es
que vivamos la vida en plenitud y por eso se vuelca hacia los que carecen de
ese amor y o solamente El sino que desea que sus creyentes pongan sus mejores fuerzas
en hacerlos felices.
Eres pobre, vamos juntos con Dios a luchar para que no haya pobre. Estás
llorando por alguna pena o carencia de algo esencial, no llores porque Dios y
nosotros vamos a luchar para que no te falte eso. Cuando luches por la justicia
no te sientas solo y se feliz porque Dios y nosotros estamos a tu lado.
Las Bienaventuranzas de Jesús son un programa de lucha para dar felicidad a
todos. Vivirlo es ser cristiano.
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