No se trata de eso que llaman los politiqueros dialogar, que no es sino la manera mañosa de aceptar ciertas condiciones en
las que, a cambio de favores, coinciden para sus interés privados.
Dialogar es poner sobre la mesa un tema
y comenzar a pensar juntos las dos partes contendientes, con capacidad de ceder en lo
secundario pero no cediendo ninguna de ellas en lo
que creen principal y esencial.
Algo difícil, pero no imposible y que requiere madurez y tiempo.
En la relación Pueblo-Gobierno dialogar
no es tampoco aceptar con confianza
lo que el último dice. Y, la razón es ridícula, pero verdad: estos gobiernos
que tenemos no tienen ningún plan en perspectiva. Sólo el deseo concreto y oculto de medrar económica y personalmente a cómo sea.
En resumen: es necesario que el Pueblo
organizado, sobre los temas que más le interesan, haga planes concretos y
tenga la habilidad, fuerza,
valentía, coraje etc… de entablar una participación en los términos indicados arriba.
Un caso concreto: Plan de los
pobladores los Bañados.
Consta de cinco capítulos.
El primero es la decisión, bien
motivada, de vivir en nuestro
valle bañadense.
El segundo, exige que tengamos un título
para la tierra que ocupamos en el Bañado.
El tercero, volvemos al Bañado, pero no
queremos sufrir más inundaciones. Y esto significa el exigir que la Avenida
Costera norte y sur sirva de defensa costera.
El cuarto, se refiere a incentivar todo
un proceso educativo, cultural, sanitario, laboral, económico que nos capacite
para vivir en un nivel más humano en nuestras vidas de modo que
podamos triunfar en él.
El quinto, es la decisión de poder
tener nuestros propios
líderes, que nos representen y defiendan en las instituciones de la
Municipalidad y del Estado.
Dialogar es defender lo esencial
de todo esto. Y ceder, si es necesario, solamente en lo secundario.
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