Fui a verlas como bañadense porque
siempre he defendido que todo el que lo desee tiene él, pleno derecho a irse a
cualquiera de los alojamientos ofrecidos, saliendo de los Bañados. Pero
quería verlas para tener una opinión lo más
objetiva posible.
Estas viviendas en Itaugua está a cuatro
kilómetros de la ciudad y separada de
ella por una serie de pequeñas granjas. Y el lugar donde las han ubicado es
como toda la naturaleza paraguaya: precioso.
El inconveniente es que están lejos del centro más habitado. Sería un barrio solitario,
bastante incomunicado, sobre todo de las fuentes de trabajo. Y esto es capital.
¿De qué van a comer? Por eso no le veo mucho porvenir.
Hablemos de las casas. Toda casa blancas
y sin estrenar, da gusto verlas.
Casas ideales para personas de los bañados con casas que son de hule negro.
Son muy pequeñas. Dos habitaciones de
menos de 3 por 3, una sala que sirve de comedor y cocina y un baño. Una pileta en la cocina-comedor y otra en el patio detrás, que es
grande.
Casa buena para papá, mamá y tres niños
chiquitos. Con 10 o 12 años sería agobiante vivir con tres
adolescentes allí.
Me asustan las paredes. Tiene un grosor de cinco centímetros y hechas de un material de plástico, con alambres un tejido que
soportaría el cemento echado en medio.
¿Cuantos años durarán?
Todo este complejo tiene un centro
comunitario, supongo con alguna
despensa. ¿Capilla? ¿Escuela? ¿Cancha de futbol o vóley?
No dudo de la intención humanitaria de
los constructores de las 250 casas.
Pero está alejado de un núcleo habitado que dé trabajo, sus casas son pequeñas y de
dudosa duración.
Pregunto, ¿por qué este barrio de mil
personas no se ha hecho en los
mismos bañados, con algunas mejoras?
El artículo de mañana “La democracia feliz”.
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