Me sonó a un poco exagerado al pie de la letra cuando me lo dijeron. Pero,
creo que va a influir.
Los regímenes que continúan pegados como una lapa y se resisten a irse (véase el ejemplo de la dictadura) no se hicieron
de una vez. La dictadura nació sin saberse o sospecharse de a dónde iba a
llegar en monstruosidades. Pero, ciertamente, hubo en ella momentos en que pudo haberse debilitado o desaparecido a los
comienzos. Y esos momentos fueron desperdiciados por desidia. De ser fuerzas en
contra, se convirtieron en piezas de fortalecimiento.
Estamos en unas circunstancias en las que nos están llevando hacia un
modelo de Paraguay al que no queremos ir. Al menos los que nos decimos
progresistas o de izquierda. Hay diferencias entre ambos, pero el norte último, la UTOPÍA, tiene el mismo rostro.
El modelo que no queremos, a trancas y barrancas, se mantiene hasta ahora.
Y en 2015, las elecciones
municipales pueden significar dos cosas.
Una, que el aparato del gobierno actual apoyado por la compra venta de
votos y de favores que ya ha comenzado en los barrios pobres de alguna manera
con una plata que ya existe, logre poner
intendentes mayormente gubernamentales. Así, ciertamente y con los MCS se refuerza el
modelo actual.
Otra, que el malestar y hartura y repudio que ciertamente existe
contra este modelo de
gobierno actual, madure y logren mayoría intendentes opositores. Algo parecido
a lo que ha ocurrido en Uruguay a nivel nacional desde hace más de diez años.
Esta segunda opción puede ser no solamente un párate a la política actual,
sino también que se abandone el plan de repetición
de mandato.
En el 2015 tal vez no se juegue totalmente el 2018. Pero el partido del
gobierno puede llegar debilitado
El artículo de mañana es “El contacto
con los marginados”.
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