A
los comienzos se usaban con mucho cuidado. Se disparaban y al final de un
proceso de represión. Se apuntaba a la lejanía.
Ahora se comienza con ellos.
Disparan directamente al cuerpo. No les importa que haya heridos. Y ningún jefe
ha sido condenado por estos abusos.
Pienso que ha llegado la hora de fijar
la ética de estos ataques excesivos a ciudadanos indefensos. Insisto en lo que
indefensos porque hace muchos meses, que en ninguna manifestación, quienes
ejercitamos el derecho de expresión ni destrozamos contendores ni rompemos vidrios
de escaparates.
Gritamos, denunciamos, cerramos
pacíficamente y por minutos rutas o calles. Y nada más. Y los ataques con
balines de goma han crecido
geométricamente.
Repito, con muchas personas pensamos que
ha llegado la hora de frenar esta
represión y de saber si se
conculca la ética con ella. La gota que ha llenado el vaso ha sido la represión
con balines de goma en la huelga de los paseros.
Propongo la creación del Primer grupo de
soberanía del Pueblo. En este asunto concreto de los disparos con balines de goma contra seres humanos en las
manifestaciones, se necesitan para que den un dictamen
ético, cuatro especialistas para llegar a una conclusión. Necesitamos un médico
sobre el daño físico que hacen los disparos de goma, un abogado sobre su
responsabilidad ante la ley, un sacerdote que hable de la moralidad de este
procedimiento y alguien que
conozca la Constitución y los DD.HH.
Público será solamente el dictamen final
ante las autoridades y la opinión pública.
Con el asunto de los disparos con
balines de goma tomaremos una decisión sobre su ética.
Existen demasiadas interrogantes en la vida del ciudadano que necesitan ser aclaradas por especialistas a
nivel, social, político o cultural, dependiendo de su contenido.
Lamentablemente el actual gobierno nos
prefiere dejar en la duda y sin participación
ciudadana.
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