Como ciudadano cristiano y ante la visita del Papa deseo expresar
mi primera opinión ante el preproyecto de este acontecimiento que durará dos días y medio.
Es demasiado piadoso y gubernamental.
Obispos sacerdotes, religiosos y laicos
de la Iglesia Católica tenemos dos misas muy bien puestas para asistir. Una en
Asunción como despedida y otra en Caacupé o Coronel Oviedo, ambas ciudades bien comunicadas con el interior.
En ambas sus palabras pueden tener una
gran fuerza antes dos millones de personas presentes en total. La pobreza
masiva, el narcotráfico, la corrupción, la falta de justicia.
Es natural que tenga una entrevista el
Papa y el Presidente, donde hablen solos en profundidad.
Y hasta aquí debe de llegar los piadoso
y gubernamental.
Ahora llega lo pastoral. Esa pastoral
formidable que el Papa Francisco realiza con sus palabras y sobre todo con su
cercanía a los pobres. Y que es la que está inyectando aire nuevo religioso a la Iglesia Católica.
Esta pastoral responde a los necesitados
y a las necesidades del Paraguay.
Los indígenas olvidados y
discriminados como nunca por este
gobierno. Los campesinos expulsados de sus tierras por el agro negocio y
maltratados y asesinados en sus líderes. Los bañadenses, 120.000 amenazados de
desalojo de donde vivimos muchos años, y que no se atreven a decirnos para que todavía les votemos en las elecciones
próximas. El infierno de los presos de Tacumbú, etc.… Todos ellos se merecen una entrevista con el Papa. Y es posible y tiene tiempo, si se organiza bien.
La visita del Papa Francisco es una
ocasión para lograr el perdón para todos los acusados, impugnados, etc... Del
caso de Marina Kue, sin olvidarse de Rubén Villalba. Todos son inocentes. El
Presidente de la República puede concederlo.
Estas son sugerencias de un simple
ciudadano cristiano.
El artículo de mañana es “No se atreven a decirlo”.
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