En el régimen
descentralizado que nos marca la
Constitución, el municipio es como un pequeño estado con su presidente (el
Intendente), su poder legislativo (la Junta Municipal), su Constitución (la
Ley Orgánica Municipal) y su territorio (el
de la ciudad o pueblo).
Ciertamente, el ganar las
próximas elecciones de noviembre no significa poder solucionar todos los
males de la Nación, pero sí
puede ser la solución de esa ciudad o pueblo.
Y esta es la primera importancia de las
elecciones municipales.
No suelen reconocerla los partidos. Ellos
han como olvidado el bien del Pueblo.
Y ellos siendo un “medio” se creen el “fin”
de su vida política. Así, el ganar una municipalidad es
como ganar “una pieza más de
caza” para añadirla a su colección.
Pero, este año la alternancia política da
una especial relevancia a las próximas elecciones.
Nuestro Pueblo ya está harto de ser
gobernado siempre por un mismo partido, no en base a sus méritos en bien del
Pueblo sino por disponer de toda la fuerza del estado desde hace sesenta
años, por la compra de votos, por los
engaños en las elecciones.
Estamos ya hartos y nos
sentimos como en una cárcel política de la que no podemos escapar. Y no
olvidemos que una Democracia se
distingue por la alternancia de partidos, siempre que sea necesario.
Frente a la continuidad
de un partido tradicional, de espaldas al Pueblo, queremos que gane en estas elecciones un
alternativa progresista que nos de aire menos contaminado de corrupción.
Y escribo todo esto y me
dirijo a los partidos y movimientos progresistas y de izquierda. No hay excusa
que valga para que ellos no se unan y aúnen sus fuerzas para la alternancia.
Este triunfo ayudará al
Pueblo soberano para reconquistar el poder a nivel nacional que, ahora, está en manos de narcos,
sojeros, ganaderos, extranjeros, acaudalados y politiqueros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario