NO ARROJAR MÁS BASURAS (1)

Y no me estoy refiriendo a ese gesto tan común todavía de arrojar por la ventana del colectivo o del auto la botella de coca cola.

Escribo hoy sobre otra “basura” no física, sino psicológica de disentir con otras personas no con palabras llenas de argumentos, sino con palabras llenas de ataques personales o ideas mal intencionadas.

Más concretamente me estoy refiriendo a los ataques verbales por diversidad en las opciones políticas.  Pareciera que vacía  nuestra mente de argumentos acudiéramos al insulto o a la maledicencia para  hacerlos callar.

Y más en concreto, me estoy ahora  refiriendo a la mala relación entre los partidos tradicionales y los partidos o movimientos de izquierda.

 Inclusive en la misma izquierda y sectores progresistas cuando los candidatos  son diferentes.

En este último caso, los ataques dentro de los grupos de la misma izquierda no tienen sentido porque en realidad  y por definición se supone que todos ellos tienen, quieren y luchan por la misma UTOPÍA.

Se acercan las elecciones  municipales y esto que cuento ya es una triste realidad.

Primero, porque demuestra la contaminación que parte de la izquierda, tiene del modo de luchar políticamente de los dos partidos tradicionales. Allí todo vale con tal de conseguir el ser perennes en el poder.

En segundo lugar porque esto  es todo lo contrario que el Pueblo pide a los representantes de la izquierda. Necesitamos urgentemente la alternancia en el poder, lo cual significa que la izquierda y los sectores progresistas de todos los partidos (incluyendo los tradicionales) se unan  en un mismo proyecto para la Municipalidad de Asunción (y a su manera en todos los Pueblos y ciudades) porque así ganaríamos y comenzaría el nuevo Paraguay.

Resumiendo: los que ahora en la  izquierda y sectores progresistas echan basuras sobre sus compañeros están haciendo el juego a los que no quieren el cambio de la  alternancia.