Y me gustaría escribir todo lo contrario
porque una elección municipal correcta con todas las garantías renovaría
la base de nuestra civilidad
paraguaya en tiempos que necesitamos un Paraguay nuevo.
Pero, no tenemos garantías, desgraciadamente, para
las elecciones municipales del 15 de noviembre.
No hay garantías por dos razones. Aunque
lo más importantes es cómo podemos influir ahora positivamente para cambiar
esta situación.
Si en estas elecciones se van a comprar los votos, como se hizo últimamente en
las internas, el voto no marcará la decisión popular (el ganador no será
elegido). Marcará quien ha empleado, por sus intenciones, más plata para
obtener su candidato (el ganador será comprado).
El resultado no será una Democracia
municipal sino una plutocracia municipal.
La segunda razón es que todo eso se hace ocultamente, por supuesto, no sólo con el
beneplácito del Tribunal Superior
de Justicia Electoral (TSJE) sino con su inspiración y ayuda, por aquello de
que son mayoría en el la cantidad de miembros del partido que principalmente va a comprar los votos.
Y conste que estoy hablando solamente de
una manera de tergiversas las elecciones. Dejemos para otros días los otros.
¿Qué hacer ante este hecho, cuando falta
menos de un mes para el 15 de noviembre?
Una cosa, es atrasar estas elecciones para tener tiempo de limpiar el campo. Imposible
porque el gobierno central, verdadero autor de estas corrupción, está
apoyándola.
Otra, es aumentar la protesta popular
por este robo a penetrarse de la verdadera voluntad del Pueblo. Difícil porque casi todos los medios de comunicación están en manos de los que lo apoyan sus grandes intereses particulares.
Nos queda unirnos todos los ciudadanos
que queremos el cambio y alternativa a nivel municipal y votar en cada lugar al
candidato del Pueblo. Lamentablemente los partidos progresistas por intereses de sus cúpulas no quieren hacerlo.
¿Entonces?
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