El Gobierno está hambriento de cobrar
impuestos. Y es natural, pero con dos condiciones.
Primera que se cobren impuestos a todos. Segunda, que se gaste correctamente esa plata. Desgraciadamente en ambas cosas fallamos.
A los sojeros no se cobra; a los latifundistas casi nada por la tierra. Los multimillonarios no tienen un impuesto personal gradual y de acuerdo a sus ganancias.
El sistema impositivo paraguayo descansa en un 60% en el IVA que es el impuesto más injusto porque agrava sobre todo la situación de los más pobres.
En cuanto al empleo de los impuestos, no hay transparencia para saber cómo se gastan. Más bien sospechamos cómo se malgastan, pues la corrupción se ceba en robos, desvíos de fondos, pago a planilleros, etc, etc…
Decíamos que la compra de votos en las elecciones por el partido hegemónico impide la alternancia de partidos, que al no existir y ser esencial a una democracia, la destroza o disminuye.
Esta compra de votos se ha hecho como connatural entre nosotros. Queremos impedirlo, pero quien pudiera hacerlo es socio con ella. Nos referimos al TSJE.
Esta compra se nutre de los impuestos. Podríamos decir que de ese mayoritario que es el IVA.
Y aquí aparece como un modo de frenar, amedrentar o, al menos, disminuir la comprar de votos.
Neguémonos a pagar el IVA ya que su empleo en la compra de votos es inconfesable. Es cosa no tan difícil de hacerlo. Está al alcance de todos. Y le va a doler demasiado al Gobierno.
Y ya que, como decíamos, el IVA recae con sus consecuencias negativas sobre todos en los empobrecidos, esos tienen derecho a no permitir que con su dinero se les compre por cinco años en su deseo frustrado de un buen gobierno.
Doy estas ideas para pensarlas, calibrarlas, debatirlas. Es ya hora de que el Pueblo organizado tome la iniciativa.
Primera que se cobren impuestos a todos. Segunda, que se gaste correctamente esa plata. Desgraciadamente en ambas cosas fallamos.
A los sojeros no se cobra; a los latifundistas casi nada por la tierra. Los multimillonarios no tienen un impuesto personal gradual y de acuerdo a sus ganancias.
El sistema impositivo paraguayo descansa en un 60% en el IVA que es el impuesto más injusto porque agrava sobre todo la situación de los más pobres.
En cuanto al empleo de los impuestos, no hay transparencia para saber cómo se gastan. Más bien sospechamos cómo se malgastan, pues la corrupción se ceba en robos, desvíos de fondos, pago a planilleros, etc, etc…
Decíamos que la compra de votos en las elecciones por el partido hegemónico impide la alternancia de partidos, que al no existir y ser esencial a una democracia, la destroza o disminuye.
Esta compra de votos se ha hecho como connatural entre nosotros. Queremos impedirlo, pero quien pudiera hacerlo es socio con ella. Nos referimos al TSJE.
Esta compra se nutre de los impuestos. Podríamos decir que de ese mayoritario que es el IVA.
Y aquí aparece como un modo de frenar, amedrentar o, al menos, disminuir la comprar de votos.
Neguémonos a pagar el IVA ya que su empleo en la compra de votos es inconfesable. Es cosa no tan difícil de hacerlo. Está al alcance de todos. Y le va a doler demasiado al Gobierno.
Y ya que, como decíamos, el IVA recae con sus consecuencias negativas sobre todos en los empobrecidos, esos tienen derecho a no permitir que con su dinero se les compre por cinco años en su deseo frustrado de un buen gobierno.
Doy estas ideas para pensarlas, calibrarlas, debatirlas. Es ya hora de que el Pueblo organizado tome la iniciativa.
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