Decíamos
el sábado que “Sin alternancia en el gobierno no hay democracia”, salvo en tres
años, en un período de sesenta años, Paraguay no ha tenido alternancia. Un
mismo partido ha gobernado siempre. ¿Por qué?
Algunos dirán por inercia de una dictadura en la que
la ANR era uno de los pilares de ella, con las fuerzas militares. Puede ser.
Pareciera que contaminó tan fuertemente
la cultura, que no nos asustamos de eso.
El
poder político no salió de las mismas
manos y estas se apropiaron no solamente del poder sino de la fuerza económica
de las instituciones gubernamentales. No
sabemos con seguridad cuanto roba el partido durante cinco años, pero sí
sabemos que tiene mucha plata para lo que quiera.
Y
aquí entra el tema de la compra de votos.
Se
ha hecho antes. Se hizo ahora en las
internas coloradas. Inclusive piensan que lo van a hacer siempre.
En
este ambiente no sé si dan ganas de reír o de llorar.
De
reír porque parece una ingenuidad que grupos, movimientos o partidos, con los
ideales más grandes de mejorar al
Paraguay, generosamente piensan planes, gastan en propaganda y sus miembros emplean muchas horas en campañas que
todos sabemos que, por lo general, van a ser inútiles para ganar las elecciones.
El
partido que más plata tenga para comprar votos ganará el
primer puesto. El segundo será que le
siga en la compra de votos por tener menos plata al no tener el poder y haber
podido acumular tanto robando.
En
el Bañado Sur, el seccionalero re-elegido ya dice públicamente que ya tiene la
plata para comprar todos los votos. Un poco fantasioso. Pero, no falso.
Dan
ganas también de llorar. Así el Paraguay no cambiará nunca y muchos
compatriotas, cansados de esta dictadura electoral, se tendrán que ir a la
emigración.
¡
Pobre Paraguay!
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