No
es que sean fáciles ni todo positivo.
Pero días en que nos hemos despertado en varios sectores de la sociedad, lo cual nos han hecho tomar decisiones y, al
mismo tiempo conocer la profundidad de podredumbre que teníamos.
Cuatro
hechos están en primera fila.
La
rebelión de los estudiantes ante la baja calidad en general de nuestra
educación. El MEC no se ha puesto a la
altura de estas peticiones y la lucha
sigue adelante.
La
denuncia fuerte contra el Rector de la UNA
extendida en todas las facultades que está mostrando una universidad
corrompida
El
Juicio de la causa de la masacre de Marina Kue, que se presenta largo y
difícil.
La
denuncia con la crucifixión de 20 choferes de la empresa de un diputado, Celso Maldonado, ante la
imposibilidad de tener un sindicato que
mejorara las malas condiciones de trabajo.
Ya llevan más de 95 días de crucificados y se les deteriora la salud.
Son
cuatro muestras de otros casos menos conocidos pero que están moviendo a partes
de nuestra sociedad.
Nuestra
sociedad reacciona y se mueve, en algunos casos masivamente como en
la UNA. Inclusive se habla de atacar la
corrupción en segmentos de poder hasta ahora intocables, como el Poder
Judicial, la Fiscalía, el TSJE, etc…
Toda
esta corrupción ha crecido a la sombra de un partido hegemónico que domina al
país. Actualmente calla. En algunos
casos comienza débilmente a ponerse a la
defensiva. Y no sería raro que hubiera
choques, aunque la cercanía de las elecciones
les frena por la pérdida de votos que pudiera significar.
Estamos
viviendo unos días privilegiados porque hemos reaccionado contra la corrupción.
Pero, también nos ha mostrado lo disgregado que estamos. Y que el unirnos
alrededor de unas metas comunes puede ser el mayor provecho de lo que nos está
sucediendo
Recuerdo
una frase de Francisco a los bañadenses: “Capacidad de soñar futuro y de
luchar, por él, en el presente”.
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