Tuve una conversación con una persona que pertenece a ese 1% más superior en la economía paraguaya. Le agradezco que escuchara mis cuestionamientos, inclusive quedamos en otro día hablar más despacio.
Pero, me entristeció su actitud.
Hablamos del CONTRATO SOCIAL. De cómo debiéramos ya de unificar criterios sobre cuatro o cinco aspectos de la vida fundamentales como la Reforma Agraria (urgente y necesaria) y la erradicación de la pobreza (que está destrozando a nuestro Pueblo). No era que negara del todo lo anterior sino que los argumentos en que apoyaba sus aseveraciones distintas significaban un desconocimiento muy grande del vivir de ese 95% de la población que gana desde el salario mínimo para abajo hasta estar en el pleno desempleo. Sus juicios no es que dejaran de ser teóricamente interesantes, sino que en el empobrecimiento real, concreto y generalizado del Paraguay carecían de veracidad.
Pero, me entristeció su actitud.
Hablamos del CONTRATO SOCIAL. De cómo debiéramos ya de unificar criterios sobre cuatro o cinco aspectos de la vida fundamentales como la Reforma Agraria (urgente y necesaria) y la erradicación de la pobreza (que está destrozando a nuestro Pueblo). No era que negara del todo lo anterior sino que los argumentos en que apoyaba sus aseveraciones distintas significaban un desconocimiento muy grande del vivir de ese 95% de la población que gana desde el salario mínimo para abajo hasta estar en el pleno desempleo. Sus juicios no es que dejaran de ser teóricamente interesantes, sino que en el empobrecimiento real, concreto y generalizado del Paraguay carecían de veracidad.
Me convencí una vez más de esa idea que muchas veces he escrito de crear una Agencia de Turismo Social, que hiciera posible que durante una semana nuestros compatriotas más pudientes lograran vivir con familias del Bañado Sur. Descubrirían “ese no se qué” que destroza la pobreza en el ser humano y que experimentalmente no conocen.
Hay que hacer un esfuerzo de acercarnos las clases sociales que desconocemos. El ser humano no es tan malo que no pudiéramos ponernos de acuerdo en lo esencial.
Hay que hacer un esfuerzo de acercarnos las clases sociales que desconocemos. El ser humano no es tan malo que no pudiéramos ponernos de acuerdo en lo esencial.
Ojos que no ven, corazón que no siente ? Lo que no se vive no existe? Creo basta un intelecto normal para entender, com-prehender... Claro, también se necesita empatía. Yo estimo que no hay suficiente voluntad de mejorar las cosas para los más, esos sumergidos en la miseria. El poderoso manda, por la fuerza si es necesario, el temple de los funcionarios estuvo mal templado. Coincido que el ser humano no es tan malo, y que con algunas medidas de gobierno y decisión política pudiese aunque fuere de a poco,ir mejorando las condiciones de vida del débil. Desde mi agnosticismo, digo: oremos para que así sea. Padre, un abrazo.
ResponderEliminarHe estado pensando en la Agencia de Turismo Social para los pudientes, para convivir 7 días
ResponderEliminaral menos con la pobreza y sus efectos. Intuyo que los pudientes preferirían en su gran mayoría irse de vacaciones a una playa del Caribe o algo similar. Igual sería un buen intento, pues aún entre los poderosos hay gente sensible.
Pero Padre, yo agregaría otro ingrediente y esta vez para los aspirantes a funcionarios públicos. Deberían cumplir con un requisito previo: una pasantía de al menos 20 o 30 días en lugares donde reina la miseria. Si bien muchos la olvidarían en la práctica del poder, otros podrían sensibilizarse con lo que en la realidad, significa carecer de recursos básicos.