(Desde España). Lo primero es que tomaron de sorpresa a todos. En cada ciudad española comenzó con tres o cinco personas. Luego, se fueron añadiendo decenas, centenares, miles. Todos avisados rápidamente por facebook o mensajes en los celulares. Pero, por encima de todo esto, en todos ellos existía demasiada indignación por el actuar de los partidos políticos.
Lo segundo, su estilo no violento, inclusive festivo de todas las reuniones. Eran verdaderas fiestas sin convertirse en botellones. Las más sorprendidas fueron las mismas autoridades y poderes públicos que no sabían cómo reaccionar. En un primer momento, en algunas ciudades, la policía los echó a la fuerza. El propio ministro del Interior pronto la frenó. “La policía no es para crear problema, sino para resolverlos” Se daba cuenta de que cualquier exceso crearía “mártires”, y vendrían muchos más jóvenes y crecería la multitud de los indignados de todas las edades.
Lo segundo, su estilo no violento, inclusive festivo de todas las reuniones. Eran verdaderas fiestas sin convertirse en botellones. Las más sorprendidas fueron las mismas autoridades y poderes públicos que no sabían cómo reaccionar. En un primer momento, en algunas ciudades, la policía los echó a la fuerza. El propio ministro del Interior pronto la frenó. “La policía no es para crear problema, sino para resolverlos” Se daba cuenta de que cualquier exceso crearía “mártires”, y vendrían muchos más jóvenes y crecería la multitud de los indignados de todas las edades.
La Junta Electoral prohibió por un solo voto de diferencia estas concentraciones. Pero, luego, el Tribunal Constitucional las permitía mientras no apoyaran a un partido o quisieran convencer de que no votarán a ninguno.Esta frase resume el sentimiento generalizado: “Pensaba que había perdido para siempre la oportunidad de vivir un cambio en la sociedad. Y, ahora, lo tengo delante de mí. No iba a dejar pasar esta oportunidad. Este Pueblo es maravilloso”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario