La fuerza del Pueblo
son los
pobres, la población más dinámica y la que supone un
mayor peligro para los “amos” del Paraguay , por carecer de lo esencial para vivir.
Me contaron que en una
cárcel ultramoderna de Europa estaba
oficialmente prohibida la droga,
pero de hecho se las permitía. Por dos razones: molestaban menos los presos drogados
y se morían antes, con lo que gastaba menos al Estado.
En el Paraguay ese 35%
de empobrecidos y ese 18% que está en la miseria representan para los que
mandan una amenaza constante. “Sobran” y por eso deben de desaparecer. Solamente el
gobierno de Lugo con Tekoporá y la
asignación a Adultos Mayores , además de la Ayuda Familiar a la Salud,
los acompañó, limitado siempre por las restricciones del parlamento en los presupuestos. Los demás gobiernos muy poco o nada han hecho. Y sucede lo de esa
cárcel europea.
Actualmente es el crack el que cumple esta labor amansadora, des celebrante y mortal con los pobres. Comienza ya a los 13 años, se alarga cinco o seis años
viviendo como zombis , además de
atemorizar con su robos pequeños a los que les rodean. Luego, su muerte se
adelanta.
Es el método ideal para
inutilizar a la juventud problemática por la pobreza en el Paraguay.
Y con el crack suceden
cosas muy curiosas.
En los barrios
pobres siempre existen algunos policías
que a cambio de coimas, lo permiten.
Cuando va a haber un
dispositivo contra el narco del barrio o los vendedores al menudeo, siempre
existe algún policía que les da el aviso.
Y sobre todo hay algo
que mucho llama la atención. El crack es la droga que más se consume, pero
nunca agarra antinarcóticos ningún cargamento grande de crack. ¿Por qué?.
Otro asunto: MAÑANA hace tres meses de la matanza de Curuguaty.
Todavía no sabemos quien estuvo detrás de ella.
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