Como consecuencia del
Golpe de estado se ha liberado en Paraguay el algodón BT, a sabiendas del
peligro que acarrean los paquetes tóxicos
que acompañan sus cultivos.
Días después, las transnacionales de los agros
negocios se vieron premiadas con la autorización de importar, cultivar, y
comercializar, cuatro tipos de maíz y uno más de soja todos genéticamente
modificados.
Las empresas Monsanto y
Cargill han operado en territorio de la Republica del Paraguay en total
impunidad desde hace años, perpetrando de manera sostenida daños a bienes protegidos del más alto valor para personas, principalmente a las que integran
las comunidades rurales e indígenas, expuestas de manera directa a los efectos
lesivos del modo de producción con semillas transgénicas.
La interrupción de
Federico Franco a la Homilía del Obispo
en Bella Vista (Misiones), cuando Monseñor Melanio Medina hablaba en contra de
los transgénicos ignora por completo la triste realidad de los transgénicos en nuestro Paraguay y la muerte por los agro
tóxicos de Rubén Portillo Cáceres (29 años), y de Silvino Talavera (11 años).
Durante de Vietnam y
Estados Unidos, el ejercito Norte Americano encargo a Monsanto y otras empresas
la fabricación de lo que se conoció como
“agente naranja” para destruir bosques y
las plantaciones de los Vietnamitas y privarlos de alimentos. En esos años se
rociaron sobre Vietnam en una superficie de un millón de hectáreas 80 millones
de este herbicida. Se estima que causó entre la población 400 mil muertos y
unos 500 mil nacimientos de niños con mal formaciones, contaminando a tres
millones de personas de las que todavía hoy hay victimas.
En resumen podemos
afirmar que el modelo productivo agro exportador y su paquete tecnológico sólo
llevan consigo retrocesos en lo social, en lo económico, en lo político y en lo jurídico.
Por todo lo dicho
rechazamos el apoyo de Federico Franco a
estos agentes de la muerte.
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