Nos están llevando a donde no queremos.
Quieren robar los fondos jubilatorios. Las FF.AA. matan paraguayos y no sabemos
qué delito hicieron. Los últimos cuatro son jóvenes. La política
social no existe para el gobierno. Samaniego insiste siempre y vuelve a insistir en
desalojar a los bañadenses pero, de palabra dice lo contrario. La policía hace apremios ilegales. Crece el número de jóvenes que ni trabajan ni estudian.
Los sojeros siguen sin pagar
impuestos y siguen destrozando nuestras rutas y enfermando a campesinos con sus
agrotóxicos. La cumbre política nunca se equivoca y su lema es “Nada nadie me
apartará de mis objetivos”.
Este es el justo plagueo diario de miles de paraguayos entre los cuales me encuentro. “Realmente vivimos en un
mal momento”.
Pero, cuidado.
“Realmente vivimos en un mal momento”.
Cierto. Y, tal vez, uno de los peores de nuestra historia.
Sin embargo, lo malo es el mal momento
en que el estamos. No Ud. ni yo”. Y menos, si Ud. y yo denunciamos, nos
manifestamos trabajamos para que el
Paraguay mejore.
Y, esto es muy importante distinguir.
El Pueblo organizado es la víctima de
todo esto, el testigo fiel de tanto mal. El que se prepara para dar un cambio a la Historia y llevar a Tacumbú como
hizo Argentina, Chile, Bolivia etc… con los culpables.
Ni Ud. ni yo tenemos la culpa. Por eso nos criminalizan nuestros sueños, nuestras palabras, nuestras
manifestaciones, nuestras protestas. Y nos meten miedo. A los campesinos
primero, que son los que van en vanguardia. Desde 1989 han asesinado a más de
120 dirigentes por el solo delito de serlo. Y tienen actualmente cientos de
imputados sin causa con la prohibición de hablar y de actuar.
Estamos en un mal momento, pero ni
Ud. ni yo somos los causantes de tanto mal. Propiamente, somos la esperanza de solución.
Le cambio los nombres y creo que está hablando de España. La falta de honestidad debe ser un alto contaminante, a juzgar por los acontecimientos en el mundo entero. No desaparecen las riquezas, pero cada día se concentra en menos manos y la fractura social es cada día mayor.
ResponderEliminarQue Dios se apiade de este mundo que estamos construyendo.