Pregunta difícil, porque hay que
matizarla.
El mismo término de “enemigo” es
demasiado fuerte. Seres humano que se enfrentan aquí en la tierra, pero luego
en la otra vida estar junto a un Padre-madre Dios, no sé cómo nos
podemos relacionar con una enemistad para siempre.
En varias narraciones he leído cómo en
las dos últimas guerras mundiales donde se mataron millones de personas,
llegada la paz, saltaron de sus trincheras para abrazarse, los que antes se
mataban. Y es que es más cercano a la humanidad de los seres humanos
el ser amigos que enemigos.
De todos modos, y en la lucha por la
humanización de las naciones entre sí y de los ciudadanos en una nación, hay
personas o grupos de ellas que, equivocadamente o a sabiendas, están
dispuestos a romper toda convivencia, entre sus
semejantes.
Y, a estos les podemos llamar, con todo
respeto, nuestros enemigos, adversarios o contrarios.
¿En este Paraguay donde estamos, quienes
son estas personas que hacen tanto mal?
Ante todo, los que desde el poder no
saben ejercitarlo y lo utilizan en provecho propio para robar. Emplean la
fuerza, el miedo, el engaño para el despojo de inocentes y
empobrecidos. Es obligación de todos alzarnos y
frenarlos. Son nuestros enemigos.
Pero, hay una escala superior de
enemigos más peligrosos aun.
Son los que abundan en plata y codicia
y compran conciencias de las autoridades y someten a la esclavitud laboral a
millones de sus hermanos. Hay que desenmascararlos. Son nuestros grandes
enemigos.
Finalmente están los dueños del mundo.
No tienen rostros, porque son corporaciones formadas por los amos del mundo,
que hacen cada día más grande el abismo entre ricos y pobres.
Un ejemplo: los que decretaron
que teníamos que sembrar soja en una zona grande de Nuestramerica. Y, compraron
a ricos y gobiernos para hacerlo realidad. Son, ahora, nuestros mayores enemigos.
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