Rubén es uno de los
campesinos victimas de Marina Kue. En cierto modo parece que fue elegido, ¿por quién?,
para ser como chivo expiatorio que justifique el argumento falso en el que se
apoyó el ilegal golpe parlamentario.
Rubén es hombre de difíciles
luchas.
La primera con compañeros y compañeras
en la primera huelga de hambre de más de 50 días. Se ganó
y las mujeres marcharon a sus casas con prisión domiciliaria.
Luego, la segunda huelga de hambre de
más de 50 días con sus cinco compañeros para lograr para todos la prisión
domiciliaria. Se ganó, pero al llegar Rubén Villalba a Curuguaty, lo enviaron
de nuevo a Tacumbú en total desamparo, a pesar delicado estado
de salud. Recuerdo que esa noche, hacia las 22 horas, estuve
en compañía del senador Wagner en Tacumbú para que pudiera
tomar su primer alimento después de 50 días.
Lo volvieron a Tacumbú por el
caso PINDO, que ya ha caducado.
Después se ha pedido el habeas corpus.
Dos miembros de la Corte Suprema de Justicia se negaron y ya lleva 20 días en
una especie de limbo legal en prisión en Tacumbú sin ninguna causa
jurídica que lo justifique.
Ante tanta injusticia, comenzó
por tercera vez una huelga de hambre. Después de 12 días sin comer se
descompensó, comenzó a no tener movimiento en toda la parte
izquierda del cuerpo. Corrió peligro su vida. Actualmente ha cesado la huelga y
está en manos de médicos.
Repetimos, si no le dan la prisión
domiciliaria que tiene decretada, la Corte Suprema de Justicia comete un grave
desacato a la Constitución y a la ley vigente y por ello, además de las causas
que ya existen contra ella, debe ser acusada en un juicio político.
Rubén Villalba es un ser humano y en un
estado social de derecho, no se juega con él.
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