jueves, 16 de mayo de 2013

LA SOLIDARIDAD, ASIGNATURA PENDIENTE.



No me estoy refiriendo a la personal  sino a la solidaridad entre los diversos grupos de  la sociedad. Y no en cualquier materia  sino en algo, tan importante como es la solidaridad laboral.

El economista Dr.  Ricardo Rodríguez Silvero escribió en UH un artículo que conviene que volvamos a tratar. Muchos lo han leído. En radio Fe y ALEGRÍA  , con su autor, lo he vuelto a comentar. Pero, por su importancia,  da para más.

Estoy escribiendo  sobre una solidaridad laboral que no abunda entre empleados a tiempo completo y en las mejores condiciones y los desempleados totales. Entre los funcionarios públicos y los campesinos. Entre estos, cuando producen y los campesinos que andan mendigando un trozo de tierra que nunca encuentran. Entre todos los campesinos y los indígenas, a los que les arrebatan la tierra y nadie protesta.

 Aquí se barajan cifras grandes. Falta solidaridad laboral entre el 70% de la población con empleo estable  de la Población Económicamente  Activa (PEA) y el millón doscientas mil personas de subempleados y desempleados , que son los que viven  en la pobreza extrema  en el Paraguay.

 Pero, aun en el 70% con empleo estable  dos terceras partes de ellos perciben menos del salario mínimo y solamente la mitad de ellos  el seguro social. Y entre estos tres grupos masivos, cuando hay huelga para mejoras no vemos  solidaridad.

Pero, en la entrevista  el Dr. Rodríguez Silvero me insistía en algo que es todavía  peor.  “En el ordenamiento  jurídico e institucional de la República, nadie representa  expresamente  a los subempleados y desempleados, que  están librados a su suerte. No hay solidaridad con el  desempleo”.

¿Un comentario?

En clave religiosa no se entiende esta actitud insolidaria grupal en un país mayoritariamente cristiano con muchas Iglesias. Y repito que estoy hablando no de la solidaridad  individual sino de la  que debiera de haber entre los diversos grupos humanos.

1 comentario:

  1. En palabras de Krisnamurti, lo contrario del amor no es el odio, sino el miedo...o en este caso, la indiferencia.

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