Ciertamente la del 14
de mayo de 1811 con todas sus
ambigüedades. Pero, ciertamente, con un fuerte sentimiento de querer ser libres para siempre.
Con todo, la
independencia es un proceso. Modernamente podemos decir que inclusive, ahora
más que nunca, las naciones están religadas entre sí. Pero, aun así el concepto
de colonia tiende a desaparecer.
Por eso, seguimos
insistiendo, ¿qué rasgos de colonialismo todavía siguen en un país como el
nuestro que hoy celebra un aniversario más de su independencia?
La excesiva ingerencia de la Embajada, en tiempos de
elecciones se hace más patente, fundamentada en que “somos su patio trasero”.
Es un modo de colonialismo externo
todavía existente.
Los llamados “amos”
del Paraguay, que no llegan al 2% de su población (ganaderos, sojeros, mafias
de todo tipo, representaciones de grandes empresas de fuera, bancos….) y tienen el 80% de sus tierras y la mayor
parte de la plata, son otro modo de colonialismo interno y externo sobre ese 60
ó 70% de la población que le está sometido.
Curiosamente la misma
política de los dos partidos tradicionales, y de los demás por imitación, actúan internamente
colonizando al Pueblo. Se le compra en las elecciones y se les olvida durante
cinco años. Esa mayoría de paraguayos y paraguayas es expulsada del campo, de
las ciudades, de los asentamientos y bañados y para muchos la única esperanza es escaparse
del Paraguay hacia la emigración.
Siento pena de escribir todo esto, pero aquí está nuestra
lucha.
Formalmente tenemos
las condiciones para ser un país independiente en el sentido moderno de independencia. Pero,
en la realidad existen aun fuerzas externas e internas que nos colonizan.
Lo difícil es que para borrar estos fuertes
restos de colonialismo de todo tipo, hay que tener esa decisión independentista
de 1811 y, hoy, aun mayor todavía.
Y lo repito: esta es
nuestra más urgente lucha.
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