miércoles, 29 de mayo de 2013

TESTIGO Y, TAL VEZ, PROTAGONISTA DE LA MASACRE



Dicen que el lunes va a comenzar la audiencia preliminar para el juicio contra los campesinos presos  en Curuguaty. Es  necesario prestarle atención. Para muchos Curuguaty fue un montaje para disuadir en el futuro invasiones de tierras, que fue aprovechado como causal en el golpe parlamentario.

Que hubo un helicóptero interviniendo en Curuguaty, lo hubo.

Testigos nos han contado cómo volaba dando vueltas y vueltas sobre Marina cue. También, como por un rato aterrizó en las tierras de un colono brasileño. Y de cómo, finalmente levantó el vuelo yendo delante de  los 200 uniformados que marchaban hacia donde estaban los campesinos.

Un helicóptero que, ciertamente, tiene  en su frente un aparato para grabar video. Algunos dicen que disparaban desde el. Otros lo niegan por imposible. Este será un punto esencial para la causa sobre la masacre de Curuguaty.

Sobre la grabación  la policía dice  que toda la grabación salió en negro. ¿Verdad?

Volvamos a interrogarnos  el tema de los disparos. ¿Se usaron armas automáticas o solamente escopetas de caza por los campesinos?

Se tiene una grabación de audio  donde en esos momentos se escuchan claramente durante unos segundos  con ráfagas de armas automáticas.

Las vainas de estos  disparos de armas automáticas fueron recogidas luego, grabadas por  video y fueron llevadas al fiscal. ¿Mostró interés por ellas?

Lo cierto es que  las escopetas de caza de los campesinos  de ningún modo pudieron disparar esas ráfagas de  disparos  automáticos.


 La policía cargó una de las escopetas para dispararla y no  pudieron. El percusor estaba dañado. ¡Estas armas, cuando funcionan,   son para cazar conejos!

Y estas son las modernas armas con que el fiscal Jalil Rachid acusa a los campesinos de asesinar a seis policías, los tiene presos y pretende darles años de cárcel.

 ¿Quién disparó las ráfagas de armas automáticas grabadas?. ¿Fueron desde el helicóptero o fueron  sicarios desde tierra?

1 comentario:

  1. Este es el País en el que al parecer nos gusta vivir. El pueblo que se calla recibe siempre el precio de su silencio. En este caso no hace falta hacer grandes esfuerzos para llegar a una conclusión más lógica. Evidentemente es un montaje en el que los inocentes terminan siendo los antagonistas de este cuento. Quiera Dios y la verdad no sea acallada con un montón de billete manchada con la sangre de aquellos que se fueron.

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