Llevamos más de un mes del nuevo año y no tenemos ninguna
guerra que abarque los territorios de varias naciones juntas. Pero sí
tenemos, heredados del 2013 más de veinte conflictos bélicos y de otras clases
en los que no faltan bombas que causan muchos muertos y heridos diariamente.
Estonia, Letonia y Lituania están peleadas por conflictos
fronterizos. Igualmente Israel con Palestina en una guerra que lleva muchos
años ya.
Problemas internos que llegan a verdaderas guerras civiles tienen
Ucrania, Turquía, Irack, Afganistán, Egipto, Sudán del Norte y Sudan del
Sur, República Centroafricana, Chad, Nigeria, Níger, Mali, República
Democrática del Congo, Siria, Myanmar y Colombia.
Casi todos esos problemas contra la Paz tienen causas internas, pero
han sido agravados por las interferencias de las grandes naciones que
defienden sus intereses personales y en ellas por los fabricantes de
armas que necesitan vender sus grandes stoks. En algunos casos, y ocultamente,
los mismos fabricantes o naciones ayudan a los dos bandos que se están matando con armas de
la misma procedencia.
Recordemos que el negocio de las armas es el más lucrativo del mundo,
seguido por el narcotráfico, la trata de blancas, el negocio de los
medicamentos y otros.
Todos estos conflictos por la vulnerabilidad de estas naciones, en su
mayoría empobrecidas, están destrozando a sus débiles economías.
Paralelamente a esto causan el éxodo de millones de refugiados a naciones
vecinas, que no están capacitadas para sostener este peso. Tienen que huir los
más débiles y golpeados y empobrecen a las naciones que los reciben.
Problemas étnicos con repercusiones religiosas se dan además en países
árabes de los anteriormente dichos contra minorías cristianas.
Todo esto que estoy señalando habla muy mal de aquellas instituciones
internacionales, como la ONU, que precisamente fueron creadas para fomentar y
salvaguardar un mundo donde hubiera Paz.
Y seguimos además
con las amenazas de los imperios.
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