Es un tema que conozco bien por el acompañamiento a mis amigos del Bañado Sur.
El caballito con el carro de ruedas
de goma y su uso para llevar mercaderías, venta de verduras o ramas de árboles a Cateura es un espectáculo frecuente. Ahora
un tanto disminuidos por la compra de carritos con motos. Por cierto, que estos
últimos tienen una presencia buena pero
una vida corta por lo mal ensamblados que están.
Es la fuente de trabajo de muchas
familias. Fuente pobre y dura. La ida de madrugada al Mercado de Abastos no es
algo que recomiendo. Y, sin embargo, de
ello va a depender que ese día pueda comer algo una familia completa.
Por supuesto que tienen sus fallos. Desapruebo
que lo conduzcan niños de 12 años. Es
demasiada responsabilidad en el tráfico asunceno y ese niño debería de estar en la escuela.
También es triste la suerte del caballo en un
Bañado donde el pasto no abunda. Soy testigo el domingo de la vacación que les
dan a los caballos para que ellos mismos busquen durante la jornada un
complemento a lo que comen diariamente. Por la tardecita muchos de ellos
vuelven por su cuenta a la casa donde trabajan o van sus dueños a buscarlos
por todo el Bañado. Tarea no siempre fácil.
Con todo lo que he
dicho, la Política Pública que desde la Municipalidad se debería de tener debe de ser ante todo más positiva. Más que
ponerles trabas tiene que facilitar este
único medio de trabajo para tres
centenares casi de familias.
Una buena cantidad de ellas están
organizadas en asociaciones para
defenderse de otros medios de transporte como del irrespeto que les tienen
algunas líneas de autobuses famosas por su velocidad irresponsable o de las
coimas con que de madrugada los acosan el cupo de policías corruptos.
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