El intendente Dr. Samaniego reunió esta semana a más de un
centenar de latinoamericanos en
el Hotel Sheraton para presentar a Asunción como capital verde de América
Latina.
Por supuesto que esto podría ser una realidad con la tierra, agua, clima y flora que
tenemos. Pero…
Vamos a explicar este “pero” que me resulta demasiado grande.
Desde el avión vemos a Asunción como la ciudad verde. Al caminar
por Asunción lo que comprobamos es la negación de esto.
No puede ser verde
una ciudad en la que casi
la mitad vive en la pobreza o cercano a ella por falta de trabajo.
No puede ser verde una ciudad cuyo alcantarillado casi no
funciona y cuando funciona lo hacer contaminando la bahía y río.
No puede ser verde una ciudad sucia, con edificios ruinosos, sin
pintar, con calles llenas de baches, en la que las basuras se recogen más o
menos.
No puede ser verde una ciudad que se ahoga con el agua de la
lluvia por falta de
desaguaderos.
Asunción es verde en el Botánico y casi verde en algunas de sus
plazas. También en el árbol o árboles
de las casas grandes. Los de las calles por el tendido eléctrico aparecen como mutilados en sus cortes.
Si el verde de los árboles es señal de vida, estos deberían de cobijar debajo una vida humana
pletórica.
Si el verde es color de esperanza, esta es realidad en los pequeños grupos que
luchamos por una Asunción nueva, pero en la mayoría esta esperanza ausente.
Siento decir
todo esto de la que es mi
ciudad. Pero, sinceramente lo
he de reconocer.
Por eso no afirmemos que Asunción “es” la capital verde de A.L. Digamos más
bien que con un buen plan
de 20 años, cumplidos sí o
sí por sucesivos
intendentes, que mejorara
nuestra calidad de vida equitativamente y con la maravillosa naturaleza que
tenemos, sí podríamos serlo.
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