En el mes de diciembre del 2013 escribía en Ultima Hora un artículo
sobre la presencia en el Mundial de Futbol de personas que bajo ninguna excusa
debieran de estar presentes. Me estaba refiriendo a la trata de jóvenes,
niños y niñas para el degradante turismo
sexual.
Pasaron los meses y la primera noticia sobre este tema la he
encontrado en UH el 16 de abril del 2014.
Era sobre un Seminario en un fin de semana en Ciudad del Este,
en el cual Ana Rodríguez
de la Comisión la Florida de los Estados Unidos dejó
estupefactos a policías, fiscales y asistentes en general sobre una página Web
donde ya se ofrecían los servicios sexuales
para el acontecimiento mundial de Brasil con todos los detalles: precio que
costaban direcciones donde encontrar a estas jóvenes, niños y niñas
paraguayos para la prostitución infantil.
Todo esto suponía que desde hacia tiempo ya estaban actuando,
inclusive dándoles clases de idiomas básicas a los contratados para que pudieran
entenderse mejor con esos degenerados, no vuelvan al olvido no.
Recordemos que la trata de personas para la explotación sexual es uno de los negocios,
con la venta de armas y el
narcotráfico, más rentables del mundo.
Mal andamos en el Paraguay, cuando han tenido que venir del
extranjero para avisarnos de lo que estaba sucediendo sin que cayeran en la
cuenta quienes profesionalmente tienen estas responsabilidad.
Y confío que datos sobre este tema no queden de nuevo encubiertos en el silencio
informativo.
No vamos a jugar en el Mundial y, aunque hubiéramos conseguido un
lugar para ello, esta trata
de personas jóvenes o menores de edad es un delito que debe de ser fuertemente
castigado.
Abusan de que somos manos de obra barata, peor todavía hay algo
peor: aprovecharse de nuestra pobreza para usarnos en la prostitución.
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