La primera
consecuencia es que los campesinos que entraron en ellas no cometieron ningún
delito contra la propiedad privada.
La segunda
consecuencia es que ese grupo de campesinos no formaron una asociación criminal
para delinquir, como se ha apresurado a afirmar el fiscal Rachid.
La tercera
consecuencia es que la
acusación apresurada y sin pruebas del fiscal de la culpabilidad de los
campesinos de la muerte de
los policías carece de pruebas firmes. Cada día tiene más fuerza la idea de que los verdaderos asesinos
fueron una élite policial (de la que hay fuerte sospecha) o de sicarios al servicio de sojeros.
La cuarta consecuencia
la impulsa una campaña mundial con el titulo “Jóvenes sin tierra igual a tierra
sin futuro”, que reivindica la entrega de
las tierras de Marina Kue a los familiares de los asesinados y a los actuales
presos políticos.
Últimamente he
escuchado que los hijos de Riquelme, sabiendo sin duda que van a perder mucho con su actitud
frenadora de la Justicia, intentan hacer un parque y/o entregar tierras a los
campesinos.
Es una solución digna
de un país donde no exista la justicia.
En Marina
Kue se hizo un crimen
bien pensado, que comenzó cambiando la fiscal Ninfa Quiñones,
la orden del juez de allanamiento en orden de desalojo.
Que causó entonces 17 muertos, algunos presumiblemente
campesinos ejecutados estando heridos. Meses después fue asesinado Vidal Vega y este año
Hermenegildo Garcete, conocedores ambos de la masacre.
La investigación fiscal está plagada de irregularidades. Y los
presos, en un año, han hecho dos huelgas de hambre cercanas al límite ya irreversible
para el cuerpo humano.
Ya no es tiempo de hacer concesiones por los
Riquelme para que aparezca que no
sucedió nada. Es hora de que la Justicia demuestre que existe y actúe. De otro
modo se cumplirán las palabras de San Agustín de que “Un país donde no haya Justicia, se
convierte en una cueva de ladrones”.
En España nos quejamos de lo mal que está todo con esta crisis maquinada por quienes ahora le sacan provecho, pero hace dos años, un día del Domum dijo un misionero en mi parroquia: los españoles se conforman hoy con lo imprescindible, pero lo imprescindible para ustedes es lujos en muchos países del mundo. La sociedad cada día se aleja más por los polos: bajo número de muy ricos y un número creciente de empobrecidos; "una cueva de ladrones".
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