El lunes
comienza la audiencia preliminar contra Rubén Villalba por un
hecho que debería de ser premiado y no llevado a juicio.
En el lugar donde vive, Pindó, hay más de doscientos campesinos
cada familia con 10
hectáreas, rodeando todo, un camino que lleva a la
escuela, la iglesia y la ruta.
Varios de esos campesinos, se habían trasladado a Luque y otras
localidades y vendieron sus derecheras a brasileños, por 35 millones de
guaraníes la parcela. Lo cual está prohibido.
Los brasileños metieron la soja y con ella su gran
maquinaria para fumigar la tierra. Lo malo es que
estas derecheras estaban en el
centro de las tierras campesinas y con las fumigaciones
comenzaron a morirse las gallinas, los cerdos y las vacas y a contaminarse el
agua.
Los campesinos se reunieron, entre ellos estaba Rubén Villalba.
Este es una persona respetada y se la había encomendado en la iglesia el ser
catequista de la confirmación.
En aquella
reunión decidieron recuperar las derecheras ilegalmente compradas por
brasileños y que sus hijos mayores se
fueran a vivir en ellas.
Los brasileños se fueron a otra parte, pero los fiscales
paraguayos iniciaron una acusación contra Rubén Villalba de
haber apoyado la invasión de esas tierras.
Esto sucedía hace cinco años y seis meses.
Curiosamente, y así trabaja nuestra in-injusticia, la jueza Yanine Ríos resucitó ahora la causa, dormida varios años, para
impedir que Rubén pudiera gozar de tener arresto domiciliario, como los otros
cuatro compañeros en huelga de hambre.
¿Comentarios?
Para el campesino, y para el pobre en general, no existe la justicia en el Paraguay.
El campesino defiende con más interés que el Indert, que las
tierras destinadas a los campesinos tengan a estos como destinatarios.
Pero cuando luchan para que esto se cumpla, son acusados y
encarcelados.
Y este es el caso del juicio cuya audiencia
preliminar sufre el lunes 12 Rubén Villalba.
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