Tuve un programa de radio con
un mexicano, una ecuatoriana y un argentino. Allí estaba representada toda
Nuestraamérica. El Sur, el Centro y el Caribe. Allí estaban los
Pueblos originarios y el latinoamericano de hoy.
Y, necesariamente, tuvimos que
hablar de la Patria Grande. Creada por los grandes Libertadores
que tuvieron fronteras.
Fue una linda hora en la que soñamos mucho.
También lloramos. El crimen de los 43 docentes rurales de Ayotzinapa
nos hizo reconocer los límites de la Patria Grande. Los del Norte,
que sigue actuando como si fuéramos su patio trasero, y nos envían su
cultura y el interno de las multinacionales
últimamente injertadas en nuestros países o de la mafia de la droga o de la
rancia y colonial oligarquía criolla.
Reconocimos que fuimos en las
décadas del 60 y del 70 un continente de dictaduras. Pero, también
nos alegramos que ahora. En el Sur, seis de los diez países nos
inclinamos socialmente al Pueblo y nos vamos uniendo cada vez más.
¿Paraguay?
Paraguay ahora no, porque un
día del 2012 nos rompieron la democracia con un golpe de estado
pensado para algo que en la realidad actual lo vemos como un desastre y
una lotería ganada para los que tienen el poder político, económico o de la mafia.
Por supuesto que nos detuvimos hablando
de nuestra Patria. Nos están llevando hacia donde no queremos. México con un
partido único que gana casi todas las elecciones y este poder unido al de la
oligarquía y de la mafia, ha caído en un extremo hacia el que peligrosamente
nos llevan al Paraguay con un partido único que gana casi todas las elecciones
y este poder unido al de la oligarquía ganadera y sojera y la mafia de la
marihuana y el contrabando.
Fue un programa en el
que, realísticamente, gozamos hablando de la Patria Grande.
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