jueves, 11 de diciembre de 2014

UN RECUERDO PARA EL 2015



Celebramos el  lunes la fiesta de María de Nazaret, en  la advocación de Virgen de Caacupé, Patrona del Paraguay.
Una mujer buena, sencilla, trabajadora, valiente, como ha habido millones de mujeres en el  mundo. Pero con algo muy especial y único: su hijo fue Jesús de Nazaret. Al que confesamos como el Hijo de Dios.
Los cristianos lo somos porque ponemos en el centro de   nuestra vida a Jesús de Nazaret.
Y Jesús recibió la misión de Dios de decirnos a todos y de luchar con entusiasmo para que  Ud. y yo, y todos los seres humanos, fuéramos humanamente felices en la tierra.
Ser feliz comienza con tener salud para tener vida. Luego tener con qué alimentarnos. Poseer un terreno para tener una casa. Recibir una educación que nos habilite para tener un trabajo digno. Poder expresarnos con libertad. Tener una familia. Y en esos  bienes, descubrir que Dios es nuestro padre-madre que nos quiere inmensamente.
Y esta es la plenitud de nuestra vida que nos propone el hijo de María de Nazaret, nuestra Virgen de Caacupé.
Pero, ¿se cumple todo eso en nosotros, paraguayos y paraguayas?
Desgraciadamente, no.
Hay hambre. Los campesinos y los indígenas no tienen tierra.  Faltan medicamentos. La educación no nos sirve para crecer y encontrar trabajo. Las autoridades nos compran como ganado en las elecciones.
¿Y, qué nos ha ocurrido en las inundaciones? Si no nos hubiéramos ayudado nosotros a nosotros mismos, las autoridades nos olvidaron.
Reflexionemos,  un momento.
Llamamos madre a la Virgen de Caacupé. Somos hermanos de su hijo nuestro Señor Jesucristo. Y María de Nazaret y su hijo Jesús, nos animan a luchar por un Paraguay más humano, porque  Dios lo quiere.
Este es el recuerdo de este 8 de diciembre para el 2015. Si somos cristianos unámonos como Pueblo y luchemos juntos, para la felicidad que Dios quiere en que vivamos todos. IKATU.

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