La Fiesta de la Navidad ha tenido su
aventura. Sustituyó a la fiesta pagana romana del Sol Naciente. Fiesta popular
de convites y comidas, con alegría y regalos. ¿Qué sol naciente mejor que el
Niño Jesús que nació en Belén?, se dijeron los primeros cristianos. Y esta
decisión pegó tan fuerte que, a los pocos años, nadie ya casi se acordaba del
Sol Naciente y todos celebraban la Fiesta de Jesús.
Con el tiempo en esto influyó
decididamente el espíritu alegre y creativo de Francisco de Asís con su
nacimiento interpretado con personas. Su ejemplo recorrió el mundo entero.
Han pasado siglos. Y esta fe de lo
que representaba la Navidad está en crisis. Ahora aflora lo que era secundario
como la comida, los regalos con el añadido del consumismo moderno. Así el
sentido profundo de la Navidad, como recuerdo del nacimiento de Jesús, se va
perdiendo.
¿Se puede recobrar el genuino y
verdadero sentido cristiano de la Navidad?
Respondo afirmativamente, pero en el
entorno de la nueva cultura de la nueva época que
va naciendo. Algo que se realizará poco a poco y de “otra forma”. ¿Ponemos
nuestro compromiso cristiano para esta recuperación? Sí, pero no debemos de
perder el tiempo en luchar por quitar lo secundario que la desvirtúa.
Insistamos en el karakú de la Navidad.
Es necesario encontrar el verdadero
camino de Jesús y pasar de una fe anclada en el culto y en una práctica que
suponemos, erróneamente, salvadora a la esencia de la fe cristiana.
El Reino de Dios y su justicia deben de ser lo principal. Y los pobres, donde
reside Dios, el lugar teológico por excelencia. Y todo esto tiene influencia
en lo social y lo político y lo cultural y lo económico.
Y entonces en la Navidad celebraremos el
nacimiento de un niño que, cuando sea mayor, vivirá todo lo anterior y
nosotros con Él.
Que macana esto del espiritu de la navidad pa i. Viene un gordo de rojo inventado por Coca del imperio a decirnos que es el rey de fin de año. Traermos un pino del norte y lo insalamos en nuestra cas, y solo unos pocos iluminados sabe que este arbol representa a Astarte, al dios arbol de una lejana tribu antigua de lso tiempos biblicos. Rodeamos al arbol de la estrell arriba y decimos que es la estrella de Belen. Ya nadie recuerda Jesucristo, que nacio en Belen, en un pesebre, porque nos se hallo para ellos lugar en el meson, que despues huyo a Egipto porque Herodes queria matarlo y al no encontrarlo mato a varios cientos de niños menores de 2 años en un intento para matarlo a como de lugar... cosas asi no se olvidan o al menos no se deberia de olvidar
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