Todavía queda
mucho para las elecciones, pero ya se siente la tormenta del cueteo y cambios en los puestos de
trabajo. Tanto en el oficialismo como en la oposición. Siempre se hizo así y parece que esta vez lo van todos,
oficialismo y oposición, también a
repetir.
Es la hora de confirmar
en el trabajo con contratos por un año y
así ganarse ya , si no operadores, sí personas agradecidas que van a votar por
el jefe que le aseguró el salario por doce meses.
Es la hora de meter a correligionarios
en ,masa en las instituciones en las que
un color puede hacerlo. No serán operadores políticos pero sí personas agradecidas a las que seles
pedirá el voto en el 2.,013.
Es la hora, sobre todo,
de pedir puestos de importancia o de
decirle a su protegido “La vicepresidencia en tuya” en tal o cual institución.
Y esto es peor todavía. No solamente porque
a esta altura se beneficia con muchos millones mensuales a esos
personajes, sino porque, además, desde
esos puestos de mando rompen a capricho lo que se hacía bien o impiden cualquier plan para los próximos años, con lo que el Paraguay sin ruta
de camino seguirá a la deriva.
Esto ocurre en los
Ministerios o en las Instituciones
estatales. En ellas puede suceder que el
principal sea del oficialismo, pero en
todas hay una franja de poder de otros
partidos que, en ocasiones, es la que influye.
Así nuestro Paraguay no
avanza. Los pobres aumentan en número y
son más pobre, mientras los amos del País disminuyen en número,
pero crecen en riquezas.
Sería interesante que
la sociedad civil organizada recogiera
datos de este cueteo en el trabajo.
Ojalá el Pueblo no votara a sus autores. Por eso lo que decía ayer: necesitamos
listas sábanas de personas creíbles y bien preparadas.
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