miércoles, 16 de mayo de 2012

LA CENSURA A LA CORTES SUPREMA NO HA TERMINADO


Comenzó en el Senado. Luego, el Consejo de la Magistratura, se lavó las manos. Ahora le toca a la  Cámara de Diputados.

Se acusa a la Corte Suprema por  su voluntad de inamovilidad. Para  el espíritu d e nuestra Constitución, después de 35 años de dictadura, toda  inamovilidad significa repetición del peligro de dictadura. Lo de  “Dictadura nunca más” es algo indiscutible.
 
La ciudadanía organizada repudiando a los siete miembros de la Suprema Corte  y  en forma de juicio político ciudadano los  ha  condenado. Ahora le toca a Diputados el corroborar  la decisión del Senado cesándolos o atrasando   la decisión para dentro d e un año, cuando hayan fenecido sus mandatos como parlamentarios.

El problema de fondo es la corrupción reinante en la Justicia del Paraguay a todos sus niveles. Por ella no ha pasado el fin de la dictadura en el año 1989. Tampoco  lo que significó el derrocamiento de la ANR y los deseos de Cambio en el Pueblo con las elecciones del 2.008.

Esta corrupción tiene que cesar con la desaparición de  muchos funcionarios que  se aprovechan de las necesidades de los ciudadanos, que solicitan sus servicios. La impunidad en las coimas  es una realidad cotidiana, salvo honrosas excepciones.

Pero, esta corrupción tiene que desaparecer mucho más en la cabeza d e la Justicia.   La Corte Suprema conoce a jueces prevaricadores, está enterada de la venta de  sentencias, sabe de la morosidad. Y nada hizo.

Por eso nos unimos al ayuno de 24 horas que comenzó ayer miércoles por un grupo de abogados y  otros ciudadanos  a las 18,00 horas. Están en  la Plaza delante de  la Cámara de Diputados. Es un modo de influir en la sesión de hoy jueves en Diputados a las 9 de la mañana.

Todos estamos invitados a condenar a los siete de la Corte Suprema con nuestra firma.


        





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