Llevamos una temporada
en la que lo que llamamos crímenes pasionales abundan. El final suele ser el
mismo: el suicidio del asesino. Dos muertos y unos hijos que sin padres y que muchas veces quedaran
traumados toda su vida por lo que sucedió en presencia de ellos.
¿Qué nos esta pasando?
Unos llaman a esto
intolerancia machista, que aun estando separados de la que era su esposa, no
permite que mantenga relaciones con otros.
Irresponsabilidad de
parejas que se formaron sin pensarlo demasiado.
Falta de humanidad que
no saben resolver como seres humanos los problemas y lo primero que hacen es acudir
a la violencia.
En el fondo personas
vacías de algo que dé sentido a sus vidas.
Más en el fondo todavía
la influencia negativa de la pobreza que les embrutece. Y recordemos que esta
pobreza maldita esta vivida forzosamente por un tercio de la población
paraguaya.
Y llegamos a la causa
principal. Un sistema socio- económico-político que como una aplanadora nos ha
destrozado en beneficio siempre de uno pocos y de sus seguidores o servidores.
Por todo esto no
comprendo como todavía hay personas que no quieren hablar ni admiten el mal sistema socio-económico que tenemos.
¿Qué nos está pasando?.
Lo terrible es que todo
este mal se aprende en la familia y en el barrio donde vivimos. La familia está
rota. Generalmente falta la autoridad o el buen ejemplo de un padre. Y, en
cuanto al barrio la pobreza en el 35% de nuestra población hace de aplanadora
que destroza todos los valores
A todo esto se añade el
negociado sobre la juventud desde la droga, la pornografía, las canciones y
bailes exaltando la parte material del sexo etc…etc..
Es necesario que abramos los ojos. La juventud es mayoría
,pero no por eso la hemos de dejar abandonada con aquello de que “No importa
porque son tantos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario