Los partidos que formaron
el Frente Guazú no se pusieron de acuerdo. Lo malo no es esta división, que
ocurre en todos los países y más frecuentemente en el Paraguay actual.
Lo que ahora en este
mes de octubre tiene golpeados a de miles
de compatriotas, es que esta decisión,
que ha roto la unidad, fue tomada sin contar con la ciudadanía, sin comunicarle
las diferencias que había y olvidando totalmente que la representación de
ellos le había sido dada por nosotros, un Pueblo entusiasmado por un nuevo Paraguay. En el
2.008 pusimos la representación en sus manos y les votamos .
El ego, a los seres
humanos, nos juega en ocasiones malas
pasadas. Y repito lo que he dicho en muchas ocasiones. No hay ninguna clase de
excusa que valga para dividirnos.
Pero, ellos se dividieron y se fueron por separados.
Y, ahora seguimos caminando hacia el futuro siempre con esperanza, pero con la
difícil tarea de buscarles de nuevo, para que sean la representación política que coincida
con nuestros sueños y nos represente. Y
tienen que ser los de antes pero unidos.
Cada facción dirá que
fue la otra la que se fue, tal vez sea verdad, pero con perdón y sin herir a
nadie, porque todavía se puede solucionar,
pensamos que fueron las dos. A las dos les faltó cintura política para
no dejarnos sin representantes.
Todos nosotros,
los ciudadanos que somos los
que tenemos los votos, los necesitamos a los dos grupos unidos para ganar. De otro modo, todos seremos derrotados.
Ha llegado la hora de
tener un corazón grande que ponga primero al Paraguay, dejando las ambiciones personales. Hemos de sumar y no de restar. Y
tenemos, además, que estar abiertos a todos los que deseando el Cambio quieran unirse a
nosotros y no espantarlos. Lo primero para
todos nosotros sigue siendo el Paraguay.
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