Cuenta el Evangelio que el Rey Herodes al saber que había nacido un niño en
Belén que le podía hacer la competencia, se puso nervioso y mandó matar a todos
los niños de esa zona menores de dos años.
Es curioso que un niño, recién nacido y envuelto en pañales, metiera tanto
miedo a ese Herodes, tan grande y tan cruel.
¿En que estaba el poder de esa personita tan chica?.
No me digan que era porque Jesús era Dios que había venido a vivir en medio
d e nosotros. Esas teologías ni conocía ni le interesaban a Herodes.
En tiempos de la dictadura paraguaya muchos fueron los que destrozados por
las torturas, girtaron: "Mis ideales no mueren".
Ellos triunfaban y
sus verdugos eran derrotados
En este tiempo del sistema neoliberal y soportadndo un golpe parlamentario
en una sociedad dividida por un abismo económico injusto, los pampesinos, la
juventud, los militares de siempre y los que ahora van abriendo los ojos somos
como una gota de agua en el mar. Como el niño Jesús recién nacido. Y, aunque el
poder del sistema en pocas manos dispone de todos los medios legales para
hacernos polvo, le hemos dado miedo.
Porque la fuerza de la Verdad no está en el sistema neoliberal, sino en ese
puñado de personas honestas para cambiar el Paraguay. Y, con esperanza y
alegria, hemos cantado aquello de que "No tenemos miedo". Seguros de
que el triunfo verdadero pasa por nosotros.
Hemos vivido este año una Navidad diferente. Nos hemos enfrentados a los golpistas,
hemos gritado una Navidad sin presos políticos, hemos rechazado como injusto el
contrato con la Rio Tinto Alcan, nos hemos puesto al lado de los indígenas. Es
la Navidad del Niño que venció al sistema poderoso del Herodes moderno
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