viernes, 21 de diciembre de 2012

¡QUE TODOS SEAMOS FELICES!

Lo dije y me miraron asombrados.

En los sueños alienantes del crak, en la frustración de no encontrar  definitivamente trabajo, con un año 2.012 con mala y poca alimentación y otro próximo que amenaza a ser peor, viviendo en una casa que no lo es,  cargado de malos olores que vienen del basural de Cateura y de la cloacas familiares que corren por las calles, cuando ha faltado el agua y la electricidad día por medio, ahora cuando vienen los políticos que nos compran como  si no fuéramos seres humanos conscientes, cuando sólo escuchamos de ellos mentiras y más mentiras, cuando aquellos en que confiábamos se dividieron y nos dejaron huérfanos………. decirles con mucha  esperanza :“¡FELIZ NAVIDAD ¡” puede significar dos cosas.

La mayor tontería del mundo, en esas circunstancias adversas.

Y puede también significar las dos palabras más revolucionarias del año. Puede significar que todo esto tan negativo,  puede acabar, que está en nuestras manos lograrlo, y que ya existimos los que nos comprometemos a que desaparezca.

En ese grupo de personas estamos muchos  que gritamos, con mucha alegría y esperanza,  “¡FELIZ NAVIDAD!”.

Y lo gritamos porque queremos  de corazón una Navidad diferente.

Por supuesto que unos la entenderán mejor que otros en todo su sentido. Pero no importa, a todos (amigos, compañeros, hermanos o nada, porque nada quieren saber de mí) los llevo en el corazón siempre y más aún en este día.

“¡Que todos seamos felices ¡”.

Y deseo extender también este deseo de felicidad a todos lo que he conocido en el extranjero y con los que tuvimos sueños comunes, que nos hacían “ciudadanos del mundo”.

Antes era América Latina la que sufría carencias económicas. Ahora, y por culpa del sistema neoliberal, son ellos y nosotros. Estamos hermanados en el dolor. Pero, queremos estar también hermanados en la  alegría. ¡Venceremos!

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