Hace 40 años un 11 de
septiembre de 1973 fue la muerte del
Presidente Allende mientras aviones bombardeaban el Palacio de La Moneda.
Nixon influyó todo lo
posible para que no ganara las elecciones. Cuando sucedió mandó a la CIA desestabilizar al país.
Con plata de la ITT y del Gobierno
norteamericano lograron detener la vida de Chile con una huelga indefinida de
camiones.
Después de 41 años de Democracia ininterrumpida, Pinochet la destrozó con un golpe de estado. Y
comenzaron los asesinatos, las prisiones y la tortura. El Estadio Nacional de
Futbol se convirtió en una inmensa cárcel.
Fue desalojado para
que se pudiera celebrar en el las eliminatorias del mundial de futbol. El
equipo nacional de Rusia se negó a jugar contra Chile en un lugar de tanta
injusticia y sufrimiento.
Pero el partido se
realizó y el equipo chileno sin presencia del contrincante metió el vergonzoso
gol de la victoria, estando el arco
contrario vacío.
Luego, siguieron las
detenciones y torturas. Años después Pinochet
dejaba el gobierno, pero su Constitución
neoliberal todavía está vigente.
El sueño de un Chile
igualitario nunca existió más. Hoy rige
el neoliberalismo en el que los ricos se hacen cada día más ricos y la mayoría
pobre, cada día más empobrecida.
Recordamos también
con dolor un 11 de septiembre los centenares de asesinatos que ocurrieron en
los campos de refugiados de palestinos en Sabra y Chatila (Líbano). Por unas
horas lo invadieron milicianos de derecha e hicieron todas las muertes y
violaciones que quisieron.
Recordamos también
con dolor la destrucción de las torres gemelas en Nueva York. Dolor crecido
injustamente con las torturas de los presos de Guantánamo, la guerra y
destrucción de Afganistán, la guerra y destrucción de Irak, la guerra y
destrucción de Libia y la amenaza actual de guerra y destrucción de Siria.
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